Habla una celadora
¡Hola! Me han pedido que os cuente en qué consiste mi trabajo.
Hace tiempo una enfermera me contó que una amiga suya pensaba que nuestro trabajo consistía en “hacer favores”, tal como tenemos organizado el servicio mi compañera y yo se podría decir que es así ya que nosotras procuramos trabajar en equipo con el resto del personal, aún a costa de hacer cosas que no están dentro de nuestras funciones porque pensamos que es lo mejor para el buen funcionamiento del servicio, y sobre todo, que los pacientes salgan ganando con ello al ser todo más eficiente y rápido.
Tenemos unas funciones específicas y a las que nos podríamos limitar, como son:
Pero centrémonos en el servicio de Oncología.
A primerísima hora nos ocupamos de las muestras que tienen que salir pronto del hospital hacia distintos lugares donde se realizan unas pruebas específicas y luego nos remiten los resultados para su valoración por los médicos. A lo largo de la mañana, se cursan otras muestras y también nos hacemos cargo de ellas, así las auxiliares no se tienen que desplazar a los laboratorios y se centran en el cuidado de los enfermos.
También distribuimos correo interno, cursamos volantes para distintas pruebas que se harán a los enfermos a lo largo del día o en días posteriores y a las que nosotros acompañamos en sus desplazamientos.
Trasladamos el material a talleres para su reparación, como pueden ser las camas, sillones y los distintos aparatos que se usan para la toma de las constantes vitales y la administración de algunos medicamentos o alimentación parenteral.
Cuando estos quehaceres nos dejan, (o si es necesario se posponen), nos dedicamos al trato más directo con el enfermo, en el aseo diario que ya comentamos o en las distintas curas que son necesarias, a veces, por el estado delicado del enfermo y la necesidad de manos para su manejo, y otras porque aunque nuestros pacientes son muy buenos, están un poco cansados de esta enfermedad y de lo mal que lo pasan y es necesario sujetarles con firmeza y a la vez, nosotras intentamos que sea con cariño y siempre que es posible solicitando su colaboración para que sea lo menos traumático posible. Como tenemos niños de muchas edades a veces esto no es posible.
Una de las pruebas en la que nuestra presencia es necesaria es en la punción lumbar, tanto para la extracción de muestra como para la administración de medicación. Y efectivamente, tanto por la posición para realizarla como por la zona a pinchar es una de las pruebas más desagradables y que puede que hasta dolorosa si no se hace correctamente.
Mi experiencia me dice que es MUY IMPORTANTE la colaboración del enfermo, sobre todo, con una actitud lo más relajada posible, para facilitar la posición correcta. Ahora nos ayudamos administrando un “gas”, pero la experiencia demuestra que también es importante la actitud del enfermo. Esta prueba normalmente no se realiza una sola vez, y dado que parece que no hay más remedio, yo creo que estaría bien que el enfermo y el celador, trabajasen, por así decirlo, en equipo, buscando la mejor forma de conseguir la posición más adecuada para que el médico pinche bien y a la primera.
Ejemplo: Yo siempre les digo que intenten relajarse, no hagan fuerza y se queden como “blanditos” para que yo les pueda colocar. Luego les sujeto con un poco de fuerza para evitar que se muevan incluso sin querer, pero en cuanto pinchan aflojo y simplemente sujeto, pero estoy alerta por si el paciente se altera poder hacerlo más fuerte hasta el final de la prueba.
Mi experiencia de años me dice que este es un buen sistema, pero es importantísima la colaboración del paciente y a veces es ahí donde reside la dificultad, en saber cómo llegar al paciente para que confíe en ti y se dé cuenta de que tú no quieres lastimarle, sino hacer lo que puedas para, junto al resto de personal, conseguir que se curen.
Estaría bien que si puedes nos aportes tus ideas para que todo mejore, y que nosotros nos esforcemos en mejorar.
Todos podemos pasar de cuidadores o simples espectadores a enfermos. Esto es algo que siempre deberíamos tener presente para esforzarnos.